Sherlock Holmes Wiki
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Sherlock Holmes es un detective ficticio de finales del siglo XIX e inicios del XX; que apareció por primera vez en una publicación de 1887. Fue ideado por el autor y médico escocés Sir Arthur Conan Doyle.

Siendo un brillante detective londinense, Holmes es famoso por su destreza en el uso de la lógica y la astuta observación que tiene para resolver los casos. Tambien es quizá el detective ficticio más famoso, y uno de los personajes literarios más conocidos y universalmente aceptados.

Arthur Conan Doyle escribió cuatro novelas y 56 historias cortas donde aparece dicha creación. La mayoría están narradas por su amigo y biógrafo, John Watson, con la excepción de dos de ellas narradas por él mismo y dos más escritas en tercera persona.

Las historias aparecieron por primera vez en una serialización de una revista, especialmente en The Strand Magazine, durante un periodo de cuarenta años. Dichas historias abarcan un periodo de 1878 a 1903, con un caso final en 1914.

Muchos actores han interpretado a Sherlock Holmes, más que a cualquier otro personaje, y en 1964, según The Times, las ventas mundiales de sus historias eran las segundas, por detrás de la Biblia.

Conocimientos y habilidades[]

«Me llamo Sherlock Holmes. Mi trabajo es saber lo que la gente no sabe.»
— Cita de "El carbunclo azul".

En la primera novela, "Estudio en escarlata", se dan a conocer datos sobre Holmes. Nació en Inglaterra en el año 1854. No se sabe mucho sobre su familia, salvo que es nieto de una artista francesa. También se sabe que en su juventud acudió a una de las universidades del país. Tiene un hermano mayor, Mycroft, a quien Holmes considera más inteligente que él mismo.

A la edad de 20, Holmes encontró su vocación, y fue cuando empezó su carrera como el primer detective asesor del mundo, y tuvo su primer caso que compartió con Watson ("La corbeta "Gloria Scott""). Su estudio de la ciencia en la universidad le formó y preparó su mente y sus poderes de observación, que Holmes emplea para el razonamiento deductivo en su trabajo con gran éxito.

El doctor Watson realizó una evaluación de los conocimientos del detective:

  1. Literatura. — Sensacionalista.
  2. Filosofía. — Cero.
  3. Astronomía. — Cero.
  4. Política. — Ligeros.
  5. Botánica. — Desiguales. Al corriente sobre la belladona, opio y venenos en general (puede distinguir el lugar de cultivo de la planta, día y tiempo de consumo estudiando una colilla de cigarro). Ignora todo lo referente a los cultivos prácticos y jardinería.
  6. Geología. — Conocimientos prácticos, pero limitados. Distingue de un golpe de vista las clases de tierras. Después de sus paseos por Londres puede debido al color y consistencia definir de qué parte de toda la ciudad es cada una de las manchas de barro en su pantalón.
  7. Química. — Profundos.
  8. Anatomía. — Exactos, pero no sistemáticos.
  9. Sensacionalismo. — Inmensos. Parece conocer con todo detalle los crímenes perpetrados en el siglo XIX.
  10. Toca bien el violín.
  11. Experto boxeador y esgrimista de palo y espada.
  12. Tiene conocimientos prácticos de las leyes británicas.

Esta evaluación fue arrojada a la chimenea por Watson. En posteriores historias, se demostró que la lista era engañosa. Por ejemplo, pese a su supuesta ignorancia sobre la política, en "Escándalo en Bohemia" reconoce inmediatamente al rey de Bohemia. Otro ejemplo, referido a la literatura sensacionalista, su habla está repleta de referencias a la Biblia, Shakespeare, o Goethe. Esto es algo inconsistenta con la discusión que mantuvo con Watson sobre la rotación de la Tierra alrededor del Sol, algo que Holmes evitaba retener en su memoria para evitar llenarla de informacón que no le sirviera para su trabajo.

Holmes es también un competente criptoanalista. Según le dice a Watson, está familizarizado con muchas formas de escritura secreta, y es autor de una pequeña monografía al respecto en la que analiza sesenta cifrados. Un ejemplo de esto se observa en "Los bailarines".

En "Estudio en escarlata", Doyle hizo una comparación entre su detective y dos anteriores: Dupin de Edgar Allan Poe y Leqoc de Emile Gaboriau, a través de una conversación entre Holmes y Watson:

—Me hace usted pensar en Edgar Allan Poe y en Dupin. Nunca me imaginé que esa clase de personas existiese sino en las novelas.
Sherlock Holmes se puso en pie y encendió su pipa, haciéndome la siguiente observación:
—No me cabe duda de que usted cree hacerme una lisonja comparándome a Dupin. Pero, en mi opinión, Dupin era hombre que valía muy poco. Aquel truco suyo de romper el curso de los pensamientos de sus amigos con una observación que venía como anillo al dedo, después de un cuarto de hora de silencio, resulta en verdad muy petulante y superficial. Sin duda que poseía un algo de genio analítico; pero no era, en modo alguno, un fenómeno, según parece imaginárselo Poe.
—¿Leyó usted las obras de Gaboriau? —le pregunté—. ¿Está Lecoq a la altura de la idea que usted tiene formada del detective?
Sherlock Holmes oliscó burlonamente, y dijo con acento irritado:
—Lecoq era un chapucero indecoroso que sólo tenía una cualidad recomendable: su energía. El tal libro me ocasionó una verdadera enfermedad. Se trataba del problema de cómo identificar a un preso desconocido. Yo habría sido capaz de conseguirlo en veinticuatro horas. A Lecoq le llevó cosa de seis meses. Podría servir de texto para enseñar a los detectives qué es lo que no deben hacer.

Holmes está convencido de que es superior a ambos, mientras Watson expresa su admiración a ambos personajes. Se ha sugerido que fue la forma de Doyle de dar tributo a los personajes de los escritories que le habían influído, mientras insistía en que su obra era una mejora de los mismos.

Igualmente, Holmes ha demostrado ser un maestro del disfraz. En los relatos se ha disfrazado de marinero ("El signo de los cuatro"), un mozo de caballos desempleado y un clérigo ("Escándalo en Bohemia"), un adicto al opio ("El hombre del labio torcido"), un holgazán ("La diadema de berilos"), un viejo sacerdote italiano (El problema final), un vendedor de libros ("La casa deshabitada"), un fontanero ("Charles Augustus Milverton") un moribundo ("El detective moribundo"), un viejo deportista y una mujer ("La piedra de Mazarino"). Sus disfraces eran tan buenos que Watson dijo que "cuando Holmes se especializó en criminología, la escena perdió un actor, y hasta la ciencia perdió un agudo razonador".

Si bien Holmes se ve a si mismo como un cerebro sin sentimientos, hay momentos en que una causa justa le provoca ser emocional, como cuando desaprobó a un banquero por cómo trataba a su hijo ("La diadema de Berilos"). En "Los seis Napoleones" se emociona por la profunda gratitud de Lestrade por ayudar a Scotland Yard. En "Los tres Garrideb" Watson es herido por un falsificador que perseguía con Holmes. A Watson le conmueve la reacción de Holmes, a pesar de ser una "herida superficial":

Era peor la herida... eran peor muchas heridas... que saber la profundidad de lealtad y amor que yacía detrás de esa fría máscara. Los ojos severos y claros se apagaron por un momento, y los firmes labios se agitaron. Por una vez alcancé a ver un gran corazón tan bien como un gran cerebro. Todos mis años de humildad pero de servicio inmediato culminó en ese momento de revelación.

Las técnicas de Holmes podrían considerarse, por aquel entonces, como precursoras de las ciencias forenses modernas:

En "La segunda mancha", el doctor Watson dice que tras su larga carrera, Holmes se mudó a Sussex y se dedicó a la apicultura. Pero incluso en su retiro, Holmes volvió a asistir a su país al inicio de la Primera Guerra Mundial. En 1914, a sus 60 años, participó en la captura de un espía pruso conocico como Ven Bork.

Ese caso fue el último de Holmes. Regresó a Sussex para vivir en paz y soledad, cuidando abejas y de vez en cuando, publicando manuales al respecto. Los detalles de esa vida y su muerte no se conocen, pero fue recordado como "el único detective asesor del mundo".

Personalidad y hábitos[]

Watson describe a Holmes como "bohemio" en sus hábitos y estilo de vida. Aunque en "El sabueso de los Baskerville" es descrito como "un gato" por su gusto por el aseo personal, Watson también le describe como excéntrico, sin consideración para los estándares de la época sobre el orden.

Watson no consideró el hábito de fumar de Holmes como algo malo, así como su voluntad para distorsionar la verdad o infrigir la ley (mintiendo a la policía, ocultando pruebas, o burlándose de ellos) cuando se trataba de un caso. En la Inglaterra Victoriana, esas acciones no se consideraban "vicios" si eran hechas por un caballero de propósitos nobles, tales como preservar el honor de una mujer o la reputación de una familia (algo discutido por Holmes y Watson en "Charles Augustus Milverton"). Las acciones de Holmes estarían fuera de lugar para un detective "respetuoso con la ley" que viva bajo los estándares del tiempo más reciente. Holmes tiene un gran sentido del honor y de "hacer lo correcto".

Holmes es, a menudo, desapasionado y frío, sin embargo los misterios le provocan una pasión notable, que contrasta con su habitual languidez.

Tiene estilo para el espectáculo, y a menudo, prepara trampas algo dramáticas para atrapar al culpable de un crimen llevado a cabo para impresionar a Watson o Scotland Yard ("El constructor de Norwood). También se aferra a su cadena de razonamientos, sin revelarla totalmente, dando pistas hasta el final, cuando explica todas sus deducciones a la vez.

Holmes tiene un ego que borda la arrogancia, pero muchas veces es merecida. Disfruta desconcertando a los inspectores de policía con sus deducciones. Suele alegrarse de que la policía se lleve el mérito de su trabajo, siendo Watson el único que se lo transmite en sus relatos (de acuerdo a "El tratado naval", señala que de los últimos 53 casos, la policía se ha llevado el mérito de 49), pero sí disfruta recibiendo elogios de sus amigos y de quienes se toman su trabajo en serio.

Aunque inicialmente necesitaba a Watson para compartir el alquiler de la confortable 221B de Baker Street, en "El detective moribundo (época en la que vivía solo) Watson dice que "la casa podría haber sido comprara por el precio que Holmes pagaba por sus habitaciones", lo que sugiere que había ganado buenas cantidades de dinero por sus servicios, aunque nunca se habló de dinero en los relatos. Es posible que Holmes cobrase en base a la capacidad económica de sus clientes, pues en "El problema final" Holmes afirma que sus servicios al gobierno francés y la Cara Real Escandinava le habían dejado suficiente dinero para retirarse. Watson se da cuenta de que Holmes se niega a ayudar a los ricos y poderosos si sus casos no le interesan, mientras dedica semanas a casos de clientes más humildes. En el transcurso de su carrera, Holmes trabajó con los reyes más poderosos de Europa, varios aristócratas, y a su vez, con prestamistas empobrecidos y humildes institutrices.

Por lo general, no tiene miedo. Examina con calma escenas terroríficas y brutales, no permite que las supersticiones o las situaciones grotescas le provoquen ("El sabueso de los Baskerville"), y se enfrenta a los asesinos violentos. En general, no se siente abrumado por las amenazas que recibe, y es ese peligro lo que le ha atraído de su profesión.

Holmes tiene también capacidades para las emociones humanas y la amistad. Tiene una notable capacidad de tranquilizar a las personas angustiadas. También tiene una estrecha amistad con Watson, cuya casi muerte en "Los tres Garrideb" provoca en Holmes dolor e ira. Con el tiempo, su relación con los oficiales de Scotland Yard pasaron del desdén al respeto.

Holmes usa drogas en ciertas instancias, especialmente cuando no tiene casos estimulantes entre manos, cree que el uso de cocaína estimula su cerebro cuando no lo usa. Consume regularmente esta droga, en una solución del siete por ciento. También usa morfina, aunque expresa su desaprobación al opio. Estos narcóticos eran legales en la Inglaterra del siglo XIX. Watson y Holmes consumen tabaco (cigarros, cigarrillos, pipas). De hecho, Holmes es experto en identificar residuos de ceniza, habiendo escrito una monografía al respecto.

Watson desaprueba fuertemente el hábito de cocaína de su amigo, describiéndolo como su único vicio, y expresando preocupación del posible efecto que tendría en la salud mental y gran intelecto de Sherlock.

Posesiones[]

El rasgo más característico de la vestimenta de Holmes aparece en "El misterio del valle Boscombe", donde se describe que usa una "gorra de tela", que Sidney Paget ilustró como una cervadora (gorra de caza), mientras el ilustrador F. D. Steele (siguiendo el modelo de William Gillette) asoció a Holmes con la pipa de cabeza curvada. En su casa, Holmes viste una bata. Además posee un violín Stradivarius, comprado como una ganga, de acuerdo a "La caja de cartón".

Además, tiene varios recuerdos de sus casos, como una perla negra de los Borgia, un busto destrozado de Napoleón Bonaparte ("Los seis Napoleones"), un soberano de oto de Godfrey Norton, una fotografía de Irene Adler ("Escándalo en Bohemia"), un anillo de una familia gobernante de Holanda ("Un caso de identidad"), un trozo de papel arrugado, una llave, una clavija de madera, tres monedas antiguas ("El ritual de los Musgrave"), un lazo esmeralda de la reina Victoria ("Los planos del "Bruce-Partington"") y una carta autografiada del Presidente de Francia y de la Legión de Honor ("Las gafas de oro").

Relaciones[]

Doctor John Watson[]

Holmes vivió desde 1881 en el 221B de Baker Street en Londres, donde compartió muchos de sus años profesionales con su buen amigo, John Watson. En casi todas sus historias, Holmes es asistido por Watson, que además de su amigo, es su cronista. La mayor parte de ellos son narraciones escritas por Watson. Holmes ha criticado en ocasiones a Watson por estos escritos, generalmente por ponerlos como historias emocionantes en lugar de informes detallados y objetivos, algo que Holmes considera la "ciencia" pura de su oficio.

Mycroft Holmes[]

Holmes tiene un hermano mayor, Mycroft, un oficial del gobierno, que aparece en tres de las historias, y mencionado en una más. En la primera mención que se hace a Mycroft, Holmes menciona que él es más inteligente que él, reconociendo la capacidad cognitiva de su hermano sobre la propia. La relación entre Mycroft y Holmes les ha llevado a trabajar en diferentes casos juntos, en los cuales Holmes realiza el trabajo físico a diferencia de su hermano el cual a lo largo de los relatos se puede reconocer como un personaje sedentario.

Irregulares de Baker Street[]

En tres historias, Holmes es asistido por un grupo de niños de la calle que él llama Irregulares de Baker Street.

Scotland Yard[]

Entre los oficiales de policía que han trabajado con Holmes están G. Lestrade, Tobias Gregson, Stanley Hopkins (los tres de Scotland Yard]) y Francois Le Villard (de la Policía Francesa). Holmes suele confundir a la policía por sus métidos más eficientes y efectivos, mostrándose como un detective muy superior.

Profesor Moriarty[]

El archienemigo de Holmes y popular némesis es el Profesor James Moriarty, "el Napoleón del Crimen", quien murió en las cataratas de Reichenbach junto a Holmes. Doyle pretendió que "El problema final" fuera su último escrito sobre Holmes. Sin embargo, la cantidad de cartas que recibió pidiendo que trajera de vuelta a su creación le convenció para continuar. Sin embargo, publicar "El sabueso de los Baskerville" (una novela que ocurriría antes de la caída de Holmes por Reichenbach) no fue suficiente, de forma que en "La casa deshabitada" explicó que sólo Moriarty cayó por la catarata, pero que Holmes se había ocultado del mundo durante ese periodo para terminar con toda su red criminal. La obra de Baring-GHould sugiere que además, Moriarty fue profesor de matemáticas de Holmes. También aparece en "El valle del terror".

Irene Adler[]

Irene Adler es la única mujer que Holmes vio interesante. De acuerdo con Watson, siempre es referida por Holmes como "La Mujer", si bien el detective nunca cita ese término, y se refiere a ella por su nombre en varios casos. Es de las pocas mujeres que son mencionadas en varias historias, a pesar de sólo aparecer en "Escándalo en Bohemia". Posiblemente, es la única mujer que ha derrotado a Holmes en un misterio. Sin embargo, es importante recalcar la nota de Watson, que dice que "eso no significaba que él [Holmes] sintiera alguna emoción como el amor por Irene Adler".

Señora Hudson[]

Si bien la señora Hudson nunca es descrita físicamente, Watson escribió en "El detective moribundo" que ella quiere a Holmes a su manera, a pesar de las molestas excentricidades de su inquilino, por su "notable dulzura y cortesía al tratar a las mujeres".

Mujeres[]

En "Charles Augustus Milverton" Holmes pide matrimonio a una mujer, sólo motivado para obtener pistas para su caso.

Ha demostrado interés por algunas clientes femeninas (como Violet Hunter en "El misterio de Copper Beeches"), pero el contexto implica que Holmes encuentra su juventud, su belleza y su energía (aparte del caso que le ofrecen) vigorizantes, y no un interés romántico real.

«No manifestó más interés en ella cuando,dejó de ser el centro de uno de sus problemas»
— Watson, sobre Holmes.

Ninguna le causó interés a largo plazo, con la excepción de Irene Adler. Watson afirma que siente "aversión a las mujeres" pero "de una forma congraciante". Los motivos de esa antipatía pueden ser que encuentra que "los motivos de las mujeres son... tan inescrutables".

El Hiato[]

"El Gran Hiato" es el término que usan los fans de Holmes para referirse al periodo en que Holmes anduvo desaparecido, presumiblemente muerto en "El problema final" (1891) y reaparecido en "La casa deshabitada" (1894). Cabe destacar que "El pabellón Wisteria" es descrita tomando lugar en 1892.

Tras una década escribiendo sobre Holmes, Doyle decidió matar a su protagonista en "El problema final", que fue impreso en 1893. Tras resistirse por ocho años a la presión del público, el autor escribió "El sabueso de los Baskerville" en 1901, indicando implícitamente que ocurrió antes de la "muerte" de Holmes. El público no quedó satisfecho con una historia póstuma de Holmes, y Doyle le resucitó dos años después. Se han hecho muchas especulaciones sobre los motivos para devolver a Holmes a la vida, pero las razones reales no son conocidas.

Muchos son los autores que han dado explicaciones al hiato (por ejemplo, "The Seven-Per-Cent Solution" de Nicholas Meyer explica que Holmes estuvo rehabilitándose de las drogas con ayuda de Sigmund Freud).

En sus memorias, Doyle escribió al lector de Holmes que considerase las nuevas historias de Holmes inferiores a las anteriores (al Hiato) que fue por el efecto que tuvo Reichenbach en Holmes, si bien no murió, no volvió a ser el mismo hombre.

Representaciones y adaptaciones del personaje[]

Para más información, véase Categoría:Versiones de Sherlock Holmes.
Para más información, véase Categoría:Intérpretes de Sherlock Holmes.
Para más información, véase Adaptaciones de Sherlock Holmes.
Para más información, véase Filmografía de Sherlock Holmes.

Sherlock Holmes ha sido nombrado varias veces con el Récord Mundial Guinnes como el personaje de película más adaptado, con no menos de 75 actores interpretándolo en 211 obras. A lo largo de las décadas, han surgido múltiples adaptaciones a la gran y pequeña pantalla del personaje, tanto adaptando los relatos originales como historias nuevas.

Recomendamos la lectura del artículo del wiki Adaptaciones de Sherlock Holmes para ver un listado de los diferentes medios a los que se ha adaptado el personaje, así como enlaces a dichas obras y a los actores que le han encarnado.

Véase también[]

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