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El hombre que trepaba es una de las historias cortas del personaje Sherlock Holmes. Fue escrita por Sir Arthur Conan Doyle y publicada dentro de la colección El archivo de Sherlock Holmes.
Argumento[]
Era septiembre de 1903 y Holmes estaba investigando el caso del profesor Presbury, que su propio perro lo había mordido. Desde Camford, había venido Trevor Bennett para contar el problema. Trevor trabaja de secretario para el profesor, además de que está prometido con su hija, Edith, y le cuenta lo sucedido. El profesor Presbury tiene sesenta y un años y se había prometido con Alice Morphy, una mujer mucho más joven. El profesor se había ido a un viaje a Praga y cuando volvió, su actitud había cambiado mucho, no parecía ser el mismo. El profesor tenía una cajita secreta que no dejaba que nadie viera su contenido y también intercambiaba mensajes con alguien el Londres.
Trevor cuenta un suceso espantoso que ocurrió una noche. Se dice que vio al profesor salir de su cuarto caminando y de pronto este se agachó y se puso a caminar como un animal de cuatro patas, reptaba. Trevor busca una explicación para esto. En ese momento llega a Baker Street. Edith y dice que la noche pasada, mientras Trevor estaba en un hotel, pasó algo terrible. Edith, que dormía en un segundo piso, asegura haber visto a su padre por la ventana de su cuarto. No se sabe cómo había trepado. Lo extraño es que, durante el día, el profesor Presbury parece no recordar nada, suele perder la memoria, pero no su inteligencia.
Holmes y Watson van a Camford para entrevistarse con el profesor, fingiendo que este les había dado una cita. Pero el profesor es astuto y asegura no haberlos citado. Trevor tiene registrado por fechas los días en los que el profesor se comporta extraño y Holmes nota que esa conducta se da cada nueve días; como si estuviera tomando alguna droga. Trevor descubre que el hombre a quien el profesor escribe en Londres se llama Dorak. Holmes dice que volverá luego de nueve días para ver al profesor en la noche. Le dice a Trevor que cuando lo vea reptar, no lo interrumpa y solo lo siga.
Cuando pasan nueve días, Holmes y Watson se esconden en unos arbustos y esperan. De repente ven salir al profesor caminando y luego se agachó y se puso a reptar; Trevor venía detrás de él. Vieron cómo trepaba hacia el segundo piso a través de la hiedra y una tubería. Cuando bajó, se puso a molestar y a golpear a su perro. El perro, enojado, logró zafarse de la cadena y atacó al profesor en el cuello. Holmes y Watson lo ayudan a quitarle el perro. Holmes aprovecha para quitarle la llave al profesor y ver qué había en la cajita secreta. Encontraron ampollas y jeringas con una droga desconocida; había cartas de un doctor llamado H. Lowenstein y de su intermediario, Dorak. En una carta decía que el doctor estaba medicando al profesor con una extraña droga sacada de un lángur (un mono que camina reptando). Con eso se descubre que el comportamiento extraño del profesor y su forma de reptar se deben a la droga de ese animal.
Watson recuerda haber leído sobre el doctor H. Lowenstein, que se decía que estudiaba métodos de rejuvenecimiento y elixir de la vida, que fueron considerados tabú. Holmes termina concluyendo que el profesor consumía esos remedios para hacerse joven como su prometida, Alice. Holmes piensa tomar acciones contra ese doctor.